martes

                            
Parió la tierra una voz
Entre viñedos condales;
Profunda, cual cien metales
En un crisol de amaranta,

Perfilaron su garganta
En su máxima expresión;
Requiebros de un pensamiento
En que todo sentimiento
Jalonado de cantares,
Incitó mil alamares
Llenándolos con su portento.

1 comentario:

  1. Desde mi condición de manzanillero y amigo de Pepe, no sabes como te agradezco el detalle. Muchas gracias y un saludo. Preciosa la poesía.
    M. Daza.

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